“La llena de gracia, la que es objeto de las complacencias de Dios, la que está por encima de los ángeles y de los santos llevó una existencia normal siendo una criatura como nosotros, con un corazón como el nuestro, capaz de gozos y de alegrías, de sufrimientos y de lágrimas. Pero su grandeza radica en la aceptación de la Voluntad de Dios, en su humildad, y en su amor sencillo y profundo que conmovió al Todopoderoso”.
Ofrezcamos hoy a nuestra madre, la Virgen María: Ser mas humildes aceptando nuestros errores y trantando de cambiar en paz y con mucho amor.
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