Deprecación a la Virgen María
(Para todos los días)
Soberana Reina de los Ángeles y Señora nuestra: nosotros miserables pecadores, hemos entendido lo mucho que os agrada el culto de vuestra prodigiosa Imagen de Guadalupe y el de sus copias; Vos, Señora, lo estáis manifestando de continuo en la piedad liberalísima con que socorréis a cuantos os buscan en ella. Esto nos infunde tanto aliento y confianza que, sin reparar en nuestra miseria, venimos a las puertas de vuestra misericordia, como va un hijo necesitado a la más tierna de las madres, en la confianza de que hallaremos consuelo, donde todo el mundo tiene pronto y seguro despacho. En vuestra piedad fiamos, y con toda el alma os pedimos que nos alcancéis la luz y gracia para hacer buenas confesiones y corregir nuestra vida; y por añadidura la merced que os pedimos en esta Novena, o una gran conformidad si no fuere del agrado de vuestro Hijo, en honra vuestra y para nuestra salvación. Amén.
CARIDAD DE MARÍA.
Consideración.
El amor de Dios y del prójimo guardan entre sí una armonía acabada y perfecta. La misión de Jesucristo tiende y se endereza a la redención de los hombres mediante la caridad y el amor. La de su Madre, la Virgen Santísima, goza de las mismas prerrogativas y efectos. Ella está íntimamente asociada a Jesús por el don de su maternidad. Si, almas carísimas, la Reina de los cielos, la Emperatriz del universo, la Madre de Dios, la Hija de Dios Padre y la Esposa del Espíritu Santo nos ama y nos ama mucho. Podemos, pues, estar contentos, porque la Virgen no permitirá la condenación de sus devotos.
Una prueba fehaciente del amor que nos tiene es la protección constante que desde Guadalupe ha manifestado a nuestra Nación en los acontecimientos adversos por que ha atravesado, y las diversas obras de beneficencia que en todos los tiempos ha inspirado a los fieles, tanto en su Santuario, para socorrer a los peregrinos y menesterosos, como en torno a sus prodigiosas imágenes. Los que con amor la invocan, sienten muy pronto los efectos de la caridad de María Santísima.
LOAS A SANTA MARIA DE GUADALUPE
ANTÍFONA
He elegido y santificado este lugar con mi presencia para que en él sea glorificado mi nombre y en él permanezcan mis ojos y mi Corazón hasta el fin de los tiempos.
V. ruega por nosotros, Santa maría, Abogada Nuestra.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
ORACION
Oh Dios y Señor nuestro, que, mediante el culto que tributamos a la Sagrada Imagen de nuestra Señora de Guadalupe, nos concedes el especial amparo y protección de tu Santísima Madre; te rogamos humildemente nos concedas a cuantos la veneramos en la tierra, el gozar de su eternal y maternal compañía en los cielos. Por Cristo nuestro Señor. Amen.
Récese cinco Ave Marías.
Ave María Purísima
Sin pecado concebida.
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