Deprecación a la Virgen María
(Para todos los días)
Soberana Reina de los Ángeles y Señora nuestra: nosotros miserables pecadores, hemos entendido lo mucho que os agrada el culto de vuestra prodigiosa Imagen de Guadalupe y el de sus copias; Vos, Señora, lo estáis manifestando de continuo en la piedad liberalísima con que socorréis a cuantos os buscan en ella. Esto nos infunde tanto aliento y confianza que, sin reparar en nuestra miseria, venimos a las puertas de vuestra misericordia, como va un hijo necesitado a la más tierna de las madres, en la confianza de que hallaremos consuelo, donde todo el mundo tiene pronto y seguro despacho. En vuestra piedad fiamos, y con toda el alma os pedimos que nos alcancéis la luz y gracia para hacer buenas confesiones y corregir nuestra vida; y por añadidura la merced que os pedimos en esta Novena, o una gran conformidad si no fuere del agrado de vuestro Hijo, en honra vuestra y para nuestra salvación. Amén.
DIA SEXTO
OBEDIENCIA DE MARÍA.
Consideración.
La obediencia de María fue más perfecta que la de todos los demás santos, porque obedecía como esclava, que es un estado más humilde que el de súbdita. La obediencia nos une con la voluntad de Dios, y en esa íntima unión está la perfección espiritual. La voluntad de María estaba unidísima con la de Dios en la Encarnación del Verbo, en el viaje a Belén y a Egipto y en ofrecer a su Hijo para el sacrificio de la muerte.
Ejemplo de ciega obediencia nos de el vaquero privilegiado Gil Cordero, siendo fiel a las inspiraciones de la Santísima Virgen de las Villuercas. Avisa sin dilación a los clérigos de Cáceres, comunicándoles el deseo de la celestial Señora de que se construyera una ermita en el lugar de la aparición. Así lo hicieron inmediatamente, aunque de una manera provisional, hasta que, andando el tiempo, el rey mandó edificar una iglesia más amplia y capaz de cobijar las muchedumbres de peregrinos que sin cesar allí acudían.
María de Guadalupe premió con estupendos prodigios la rendida obediencia de sus primeros servidores.
LOAS A SANTA MARIA DE GUADALUPE
ANTÍFONA
He elegido y santificado este lugar con mi presencia para que en él sea glorificado mi nombre y en él permanezcan mis ojos y mi Corazón hasta el fin de los tiempos.
V. ruega por nosotros, Santa maría, Abogada Nuestra.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
ORACION
Oh Dios y Señor nuestro, que, mediante el culto que tributamos a la Sagrada Imagen de nuestra Señora de Guadalupe, nos concedes el especial amparo y protección de tu Santísima Madre; te rogamos humildemente nos concedas a cuantos la veneramos en la tierra, el gozar de su eternal y maternal compañía en los cielos. Por Cristo nuestro Señor. Amen.
Récese cinco Ave Marías.
Ave María Purísima
Sin pecado concebida.
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